mi primer y segunda experiencia de implante coclear
La música,
forma parte de mi vida, comencé a descubrirlo con tan solo 18 años, todos se
preguntaran: ¿Por qué ahora? ¿Por qué no lo descubrí cuando era un niño?. Todo
tiene una razón de peso, soy sordo por culpa de una meningitis. En mi niñez
supe lo que era la música, pero no sentía, ni oía lo suficiente como para
escucharlo, con el paso del tiempo intentaba buscar alguna manera en la que
pudiera sentir verdaderamente. Encontré
un método no muy eficaz que era las vibraciones a través de los
altavoces pero no me llenaba, al menos me alegraba, eso me hacia animarme a
seguir buscando soluciones. Era una época en la que la medicina, la tecnología
u otros sectores iban avanzando. Un día note que mi nivel auditivo en uno de
los dos oídos había descendido, en ese momento la tristeza invadió mi corazón,
pero la cosa no quedo ahí. El medico me dio un mensaje lleno de esperanza,
había otras alternativas de recuperar la audición, una de ellas era el implante
coclear en el que era una operación quirúrgica. Empecé a informarme sobre ello,
viendo los pros y contras. En un momento determinado necesitaba pensar sobre
esa decisión que podría cambiarme la vida, llego el momento de tomar la
decisión entre mi familia y yo en el que me marco un antes y un después en mi
vida. Accedí a operarme, tuve el valor suficiente para enfrentarme a ello, todo
salió bien, de ahí comencé a escuchar como una persona oyente siendo consciente
de que soy sordo por mucho que tenga el implante coclear, era como si renaciera
de nuevo, como si el mundo me diera una oportunidad. Evolucioné de manera
espectacular, me recupere de una manera en la que los médicos incluido yo nos
quedamos asombrados. Conseguí un nivel auditivo muy alto, eso me permitió
escuchar miles de sonidos que nunca en mi vida lo había escuchado y sentido
esas nuevas sensaciones como el oír el mar por primera vez y lo que más ansiaba
escuchar la música. En ese momento un cúmulo de sensaciones me llegó al
corazón, explote de alegría y felicidad, en la que me salía un mar de lágrimas.
Ese cambio fue lo mejor que me pasó en la vida, me dio muchos valores y
avancé sin dificultades en escuchar y
hablar con las personas sordas y oyentes e incluso progresé de manera positiva en los estudios. Con el paso del tiempo sentí
una sensación que ya conocía, en mi otro oído empezó a perder audición, yo me
sentía bien porque escuchaba lo suficiente, pero la curiosidad me hizo pensar:
¿Qué pasaría si me pusiera un segundo implante? ¿Seria lo mismo que el
primero?. Lo siguiente que hice fue conocer a unas personas que tenían dos
implantes y preguntarles todas mis dudas sobre ello. La impresión fue positiva
para mí, pero me di cuenta que no todas las personas sordas tenían dos
implantes. ¿porque? por miedo a la operación o que puede resultar molesta ya
que les es suficiente con uno, también porque prefieren esperar a que lleguen
las células madres. Lo entendí perfectamente y respete sus decisiones u
opiniones, así que seguí investigando, hable con el doctor que me operó del
primer implante, para preguntar de que ¿si sería bueno tener un segundo implante?, su
respuesta fue inmediata: “eres joven y con la experiencia que tienes es
probable que evolucionara favorablemente”, pero claro nunca se sabe lo que
puede pasar. Lo pensé en unos días y lo comente a mi familia, no tardaron en
apoyarme en esa decisión. Firme los papeles para la operación y por un momento
sentí miedo, pero era algo normal, la tranquilidad me la trasmitía mi familia e
incluido amigos míos, además sabia de sobra que era una persona fuerte y afrontar esas cosas me hizo fuerte. Llego el
día de la operación y todo salió bien, volví
al mismo proceso de recuperación y al cabo de dos meses me recupere con un gran
nivel auditivo, fue exactamente igual al de la primera operación, la
sensaciones era mucho mejor, la calidad de vida a la hora de escuchar fue mucho
mejor que la anterior, no podía evitar emocionarme, doy gracias a dios y a mi
familia que todo salió bien y que me permita vivir sin dificultades de oír y
darme la fuerza suficiente de afrontar lo que se me interponga en el camino. Al
cabo de un par de meses mi logopeda la que me ayudo en parte a progresar con
los implantes me llamo, me hizo un propuesta que mi respuesta fue inmediata.
Esa proposición consistía en hablar con las personas tanto jóvenes como adultos
sobre mi experiencia coclear y así aportarles seguridad y tranquilidad. Ayude a
mucha gente y eso me hacia sentirme orgulloso, e incluso les ayudaba a sentir
la música, ya que es algo difícil pero que se consigue trabajándolo mucho. Lo
que intento decir que nunca debemos rendirnos, todo se consigue con humildad,
valor, optimismo, esfuerzo, creer en ti mismo y una lucha constante. Todo esto
te hará sentir que eres capaz de hacer cualquier cosa que te propongas y lo último
que siempre hay que tener en cuenta que “la esperanza es lo último que se
pierde”.
hoy en día toco lo que mas amo, la guitarra y la música:
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